En este sentido, la organización, que ha mantenido una reunión en Santa María del Páramo con agricultores de la comarca, ha criticado las normas de condicionalidad de la PAC que obligan a dejar superficies de barbecho, a diversificar cultivos, y a rotar todas las parcelas al menos al cuarto año. Estas tres medidas condicionan la libertad del agricultor para producir maíz, el cultivo estrella de la provincia, y le obligan a sembrar otras producciones que son menos rentables o más inseguras.
Siendo esto cierto, también lo es que el año 2023, con motivo de la crisis que se mantiene por la guerra en Ucrania, la Unión Europea ha autorizado flexibilizar las exigencias de la PAC, por lo que no será obligatorio ni dejar barbecho, ni rotar, ni diversificar, salvo que haya que hacerlo para cobrar los importes de los denominados eco regímenes.
La flexibilización de las normas, para el año 2023, conllevará con toda seguridad, en opinión de ASAJA, una siembra récord de maíz en la provincia, por el incremento de superficie por los nuevos regadíos de Payuelos, la reducción en las siembras de cereal de invierno, la escasa apetencia por incrementar la superficie de siembra de remolacha, y la inestabilidad en el mercado del cultivo de las alubias. Es razonable pensar en unas siembras de 80.000 hectáreas de maíz en la provincia entre el maíz grano, el destinado a forraje, y el destinado a consumo humano (este último en un porcentaje modesto).
ASAJA ha recordado que es la única organización que ha defendido el cultivo del maíz de los ataques de la nueva PAC, y que lo ha hecho en infinidad de reuniones con las administraciones agrarias, en escritos y comunicados de prensa, en actos con agricultores, y en la manifestación celebrada a las puertas del ministerio en otoño de 2021.
Asimismo, insisten en que el monocultivo del maíz es una demanda de los agricultores leoneses, ya que significa producir lo que el mercado pide; es el cultivo mejor adaptado al clima y al suelo de León; es el cultivo que menos tratamientos fitosanitarios necesita; no esquilma el terreno; cotiza en los mercados internacionales; tiene gran capacidad genética de aumentar rendimientos por hectárea; no es un producto perecedero y por lo tanto se defiende mejor su venta; y es el único que hoy por hoy permite amortizar la inversión en obra pública y privada de nuevos regadíos y modernización de regadíos.